La verdad es que explicar qué es un diferencial y cómo funciona este mecanismo puede parecer complicado, pero nada más allá de la realidad. Para ello debemos tener claro que si dos ruedas giran ancladas por un mismo eje, a la hora de realizar un giro, una de las ruedas tendría que girar a mayor velocidad que la otra para mantener una tracción sobre el suelo equilibrada. La rueda de la parte exterior debería dar más vueltas y girar más rápido porque recorre una mayor distancia que la interior. Esto no representa mayor problema cuando ambas ruedas giran en linea recta, pero con un giro cerrado, la situación es totalmente distinta dado que la rueda exterior debe recorrer una mayor distancia en el mismo plazo de tiempo.
Si ambas ruedas estuvieran unidas por un eje fijo, la diferencia de velocidad entre ambas ruedas ejercería fuerzas de torsión opuestas sobre este eje transfiriendo una mayor fricción de la rueda exterior contra el suelo con una correspondiente pérdida de tracción y desgaste de la rueda que antes o después provocarían una rotura en el eje.
¿Y cuál es la solución?
La solución a este problema es el diferencial. Se trata de un sistema de engranajes mediante el que se ajusta la velocidad de las ruedas unidas a un eje solidario, para que no se produzca pérdida de tracción.
Estamos ante un mecanismo fundamental en la seguridad vial que, aunque el diseño que conocemos hoy, fue inventado al rededor del 1930 por un mecánico francés Onesiphore Pecqueur para la industria automovilística, ciertos rumores derivan su planteamiento inicial a la cultura china, que hace ya 3.000 años ya utilizaban un mecanismo diferencial similar en sus carros.
Gracias a este mecanismo, la conducción es más predecible, los neumáticos se gastan menos y no hay tensiones extra en chasis y ejes, así que, en definitiva, tenemos una conducción más segura.
Por último os dejamos con un breve video que os ayudará a entender el mecanismo de un diferencial en movimiento.